LOS NIÑOS CON DIABETES QUE HACEN DEPORTES NECESITAN MENOS INSULINA QUE LOS QUE NO LO PRACTICAN

Se descubrió que la actividad física potencia la acción de la hormona que ayuda a ingresar glucosa de la sangre a los tejidos.

Los niños con diabetes que hacen deportes necesitan menos insulina que los que no lo practican.

Las hormonas (del griego Hormón: mensajero) tienen la responsabilidad de llevar mensajes al organismo. Son sustancias secretadas por células especializadas, ubicadas en glándulas endocrinas (es decir que vuelcan su contenido a la sangre). Su finalidad es influir en la función de otras células.

Por ejemplo, la hormona de la glándula tiroides, ubicada en la zona del cuello, actúa a distancia en la mayoría de las células para optimizar su maduración y acelerar sus procesos. Otras regulan ciclos biológicos masculinos o femeninos. Muchas además de su función específica como la hormona de crecimiento, o el cortisol, aumentan también los niveles de glucemia (azúcar en sangre).

Solo una de las hormonas secretada por el páncreas, la Insulina, facilita la entrada de glucosa a los tejidos incluidos los músculos, haciendo que los niveles de glucosa en sangre desciendan.

El motivo de estas explicaciones, un repaso de lo que probablemente hayan estudiado en alguna clase de biología, es adelantar una noticia que viene a cambiar lo que se sabía hasta el momento en cuando al tratamiento de la diabetes, una enfermedad de origen endocrino.

Hace algunos pocos años, Laurie J. Goodyear, de la Universidad de Harvard, sorprendía al mundo con su investigación que demostró por qué el ejercicio físico es clínicamente importante para disminuir las concentraciones de glucosa en la sangre en pacientes con diabetes.

Es un recurso tan valioso para el tratamiento de la diabetes porque sus efectos pueden llegar a ser, en muchos casos, inmediatos. Una sola sesión de ejercicio puede disminuir las concentraciones de glucosa en la sangre al estimular la captación en los músculos y hacer que estos sean más sensibles a los efectos de la insulina. Y ello ocurre por un mecanismo diferente. La conferencia de Goodyear al presentar los resultados de su estudio ante el Congreso del Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) se denominó: Por qué funciona el ejercicio físico cuando no funciona la insulina. Un titulo, sin dudas, desafiante. Veamos cómo lo justificó.

La Diabetes es una enfermedad popularmente conocida por la dificultad del organismo de mantener la glucemia dentro de niveles normalmente bajos (60 a 100 miligramos por decilitro).

Si los niveles de glucemia bajan de 60 miligramos por decilitro, nuestro cerebro comienza a sufrir la falta de aporte de glucosa en su interior para funcionar correctamente.

Si en cambio supera los 120 puede elevarse a niveles incluso superiores a los 400 poniendo así en riesgo también el normal funcionamiento del sistema nervioso. Si se mantiene elevado crónicamente deteriorará diferentes órganos de nuestro cuerpo.

La medicina reconoce dos tipos de diabetes:

Tipo 1: insuficiente secreción de Insulina. Más frecuente en niños y jóvenes. Incapacidad de mantener normales los niveles de glucemia. Suelen requerir aportes de insulina como tratamiento.

Tipo 2: hay cantidades suficientes de insulina que incluso aumentan, porque nuestros tejidos se vuelven parcialmente “resistentes” a ella.

El hallazgo de Laurie J. Goodyear nos explica cómo los niños que hacen actividad física, al mismo tiempo facilitan el ingreso de glucosa por un mecanismo diferente a la insulina, sumando así su efecto y su normalización.

De allí que podamos afirmar que los niños con diabetes que hacen deportes necesitan menos insulina que los que no lo practican. De lo cual se desprende que el movimiento tiene que formar parte de los hábitos indispensables para estos pacientes.

(*) Jorge Franchella, es médico Deportólogo y Cardiólogo (MN 44 396) Director del Curso de Especialista de Posgrado de Médicina del Deporte de UBA. Director del Programa de Actividad Física y Deportes del Hospital de Clinicas UBA.

 

fuente: Conbientestar