LESIONES DE VERANO: CUÁL ES EL LÍMITE PARA EL ENTRENAMIENTO DE UN DEPORTISTA AMATEUR

El verano estimula las ganas de hacer actividad física, ya sea para verse bien o para aprovechar el tiempo libre durante las vacaciones. La playa por la mañana o las nochecitas cálidas luego del trabajo invitan a correr y entrenar.

Cada vez son más las personas que se suman a los grupos de running de manera amateur para contrarrestar la rutina, el sedentarismo, mantenerse en forma o cuidar su salud. Pero, ¿qué puede pasar con sus articulaciones a la hora de subir la exigencia para alcanzar un mayor rendimiento?

Muchos deportistas profesionales que se retiraron, como Andy Murray, Gabriel Batistuta o Diego Maradona, tienen problemas en sus articulaciones años después. La pregunta es si pueden los aficionados tener los mismos problemas óseos o articulares que un deportista de alto rendimiento.

El doctor Ezequiel Santa Coloma (MN 114.106), especialista en Traumatología del deporte y Cirugía artroscópica, Miembro de la Asociación Argentina de Traumatología del Deporte, explicó que correr o saltar implica impacto. La magnitud del impacto dependerá de la intensidad con la que se haga el deporte, la superficie, el sobrepeso, alteraciones anatómicas biomecánicas. “Ese impacto carga sobre las articulaciones: rodillas, cadera, tobillos. Si esa carga genera alteraciones en el cartílago articular, que es el principal capital del órgano articulación, nos va a condicionar a futuro y vamos a pagar las consecuencias”, dijo el traumatólogo.

Según el especialista, hay que separar en tres categorías de deportistas: el recreacional, el de élite, es decir el alto rendimiento que no es profesional y el profesional. Cada una implica cosas diferentes en cuanto al entrenamiento, el rendimiento y las presiones externas a la que están sometidos los deportistas. En el caso de un deportista profesional, hay muchos intereses en juego. “Al momento de competir se le exige un rendimiento tal que hoy, grandes estrellas de menos de cincuenta o sesenta años presentan daño articular por haber sido sobreexigidos, sometidos a infiltraciones articulares secuenciales de corticoide, malos diagnósticos o no diagnósticos durante su carrera deportiva que al retirarse sufren las consecuencias para el resto de la vida”, dijo Santa Coloma. 

Según el traumatólogo, “afortunadamente en los últimos años dentro del mundo de la medicina del deporte cada vez se hace más hincapié en cuidar al deportista y no hacerlo competir a cualquier precio”.

En cambio, a un deportista recreacional no hay necesidad de exigirlo a riesgo de ocasionarle un daño irreparable. El especialista contó que “si concurre a la consulta un corredor de 10k que se quiere infiltrar para poder correr el domingo o hacer un tratamiento regenerativo por una lesión muscular para acelerar tres o cuatro días la recuperación, le explico que en su caso es innecesario, y que correr este u el otro domingo no va a cambiar su vida”. Si, en cambio, se trata de un deportista súper profesional en una competencia que se lesiona, muchas veces se toman riesgos consensuados, ya que por poco que se acorte la recuperación la diferencia puede ser una grande.

Cuál es el límite para el deportista amateur

En cuanto al entrenamiento, Santa Coloma dijo que para un deportista de alto rendimiento, como puede ser un atleta olímpico y para un deportista profesional, es similar: “Los rendimientos que se buscan y los objetivos a alcanzar son altos. La exigencia es mucha y la posibilidad de lesionarse por sobre entrenamiento está presente”. Pero es muy diferente cuando se trata de un deportista amateur.

“Yo creo que el límite del deportista amateur es cuando deja de sentir el placer que genera la actividad física como consecuencia de los dolores o las lesiones que se van produciendo. Ese es el momento de consultar al especialista y evaluar modificaciones en la actividad, o cambiar de actividad sin dejar de hacer deporte”, dijo el médico.


Qué estudios son necesarios para iniciar una actividad física
El especialista recomienda, antes de iniciar una actividad física, realizar estudios cardiológicos para descartar enfermedades cardiovasculares ocultas, análisis de sangre, electrocardiograma de fuerza, Radiografía de Tórax, ecocardiograma, dependiendo todo de la edad. “Desde el punto de vista traumatológico, lo que nosotros hacemos es una evaluación clínica imagenológica del paciente de acuerdo con sus antecedentes, cirugías, lesiones, dolores que va presentando, si notamos cambios degenerativos progresivos sugerimos modificaciones o cambio de actividad”, dijo Santa Coloma.

Cuando alguien empieza a manifestar dolores articulares en rodilla, cadera, tobillo, que son las articulaciones de carga, lo que se sugiere es no realizar actividad de impacto, es decir, pasar a la bicicleta, el elíptico, hacer gimnasia, natación, yoga, todas actividades que permitan mejorar el tono, fortalecer la musculatura y mantener la movilidad articular.

El mensaje más importante para tener en cuenta es que si existe dolor que se repite durante o después de la actividad física, hay que consultar con el especialista y solicitar estudios. “El dolor siempre es una señal de que algo está pasando; no debe ser tomado como algo natural del ejercicio”, dijo el traumatólogo.


Empezar de grande o en la infancia
Hacer actividad física regular desde edad temprana, siempre moldea mejor el cuerpo y la mente, prepara mejor al chico para la vida adulta y combate problemas frecuentes en la actualidad como la obesidad y diabetes infantil. “De niño las destrezas físicas, inherentes a cada deporte se adquieren más rápido y el cuerpo se adapta mejor a los cambios frente a la exigencia”, dijo el especialista.

“Ahora, si se somete al niño a la actividad física de alto rendimiento desde temprana edad, probablemente el cuerpo lo pague. Por eso tenemos deportistas profesionales que a los treinta años tiene problemas que se dan en personas de mucha más edad”, dijo el médico quien explicó que eso se debe al el régimen de entrenamiento al que fueron sometidos durante años, las veces que se los exigió por encima del límite de su recuperación y las lesiones sufridas durante su carrera.

En el otro extremo, se encuentra una persona que fue sedentaria hasta los treinta o cuarenta años y comienza a entrenar muchas veces en busca de un cambio de vida. El especialista explicó que “debe hacerse con un plan de entrenamiento progresivo, personalizado y siempre dirigido por profesionales idóneos. De esta manera, y siempre atendiendo a las señales que da el cuerpo, minimizamos la posibilidad de lesión y consecuencias a largo plazo”. Por el contrario, si el inicio es intempestivo y sin supervisión más que seguro ocurrirá una lesión.

fuente: Conbientestar