TIROIDES: EL HIPOTIROIDISMO AFECTA A DOS MILLONES DE ARGENTINOS
Hay tratamientos para mantenerlo controlado y no afectar la calidad ni la longitud de vida de quienes lo padecen.
El hipotiroidismo afecta a dos millones de argentinos y si bien no hay cura para este mal funcionamiento del organismo, sí hay tratamientos para mantenerlo controlado y no afectar la calidad ni la longitud de vida de quienes lo padecen.
La glándula tiroides tiene forma de mariposa y normalmente se localiza en la parte de adelante del cuello y su trabajo es formar las hormonas tiroideas, volcarlas al torrente sanguíneo y entregarla a todos los tejidos del cuerpo. Estas hormonas ayudan al cuerpo a utilizar energía, mantener la temperatura corporal y a que el cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos funcionen normalmente.
Los desórdenes tiroideos forman parte de las patologías más prevalentes, alcanzando entre el 30 y el 40% de las consultas en el consultorio médico.
Sus manifestaciones varían considerablemente en las diferentes partes del mundo aunque se relacionan principalmente con la disponibilidad de iodo en la dieta, necesidad que va cambiando a medida del paso del tiempo y en el caso de embarazadas y lactantes.
Algunos signos y síntomas
- Fatiga
- Aumento de la sensibilidad al frío
- Estreñimiento
- Piel seca
- Aumento de peso
- Hinchazón de la cara
- Ronquera
- Debilidad muscular
- Nivel de colesterol en sangre elevado
- Dolores, sensibilidad y rigidez musculares
- Dolor, rigidez o inflamación de las articulaciones
- Períodos menstruales irregulares o más intensos de lo normal
- Afinamiento del cabello
- Ritmo cardíaco lento
- Depresión
- Memoria deficiente
- Glándula tiroides agrandada (bocio)
Hipotiroidismo en la Argentina
A pesar de que la deficiencia de iodo es la primera causa de discapacidad prevenible, estadísticas internacionales demuestran que 800 millones de personas están en riesgo por no tener acceso. En la Argentina, la yodación de la sal es obligatoria a través de la Ley 17259/67.
Cuando la glándula tiroides no es capaz de producir suficiente hormona tiroidea para mantener el cuerpo funcionando de manera normal se produce hipotiroidismo. Esto puede darse por diferentes razones como padecer enfermedades autoinmunes, haber sufrido la eliminación quirúrgica de la tiroides y o el haber tenido exposición a tratamientos radiactivos en la zona del En la actualidad, según cifras oficiales se estima que unos dos millones de argentinos sufren esta enfermedad. Si bien es más común en mujeres, también se da en hombres y aumenta con la edad. Alrededor de los 50 años es cuando se evidencian más casos, afectando a 1 de cada 10 mujeres.
A pesar de no tener cura, sí existen tratamientos que permiten regular su actividad para obtener un correcto funcionamiento del organismo y, en consecuencia, mantener una vida normal.
«Cuando los niveles de hormona tiroidea están bajos las células del cuerpo no pueden recibir suficiente hormona tiroidea y los procesos corporales comienzan a funcionar con lentidud. A medida que esto sucede el paciente comienza a sentir más frío y se fatiga con mayor facilidad, se le reseca la piel y padece estreñimiento. También puede verse afectado a nivel neurológico, presentando olvidos e incluso cuadros depresivos», explicó Sandra Licht, médica endocrinóloga (MN 75776).
Licht destacó que «otro aspecto importante a tener en cuenta es que las enfermedades tiroideas pueden afectar a varios miembros de la familia por lo que es muy importante comentarle a los seres queridos sobre el hipotiroidismo para que puedan hacerse las pruebas de sangre correspondientes y confirmar o descartar si ellos también lo padecen». No es menor esta consideración si se tiene en cuenta que el hipotiroidismo en mujeres embarazadas puede causar abortos espontáneos y en menor medida otras complicaciones como preeclampsia, anemia, hemorragias postparto y nacimientos pretérmino.
Tratamiento farmacológico y vida normal
Si bien no hay cura para el hipotiroidismo y a la mayoría de las personas las acompaña de por vida, asumiendo un tratamiento farmacológico correcto los pacientes pueden regular el funcionamiento de su organismo y hacer una vida totalmente normal. Los síntomas desaparecen y los efectos de este bajo funcionamiento disminuyen.
«La meta del tratamiento es mantener la hormona en el rango normal. Una vez ajustada la dosis de tiroxina –una droga que contiene la misma hormona T4 que el cuerpo produce- a las necesidades del paciente, el control es simple y se realiza una o dos veces al año, salvo que algún síntoma reaparezca o empeore, se produzcan cambios bruscos en el peso o si la persona comienza a tomar algún medicamente que pueda interferir en el proceso regulador», comentó Licht.